Stéphane Hessel debe de estar en éxtasis después de ver la portada de Le Monde. Su pacífica revolución de los indignados ha florecido en España y se extiende hacia el resto de Europa.
Madrid, Barcelona, Tarragona, Bilbao, Málaga, Palma, Vigo y 40 y pico ciudades más (algunas del tamaño de Terrassa y Mataró) han hecho acampadas en sus plazas más emblemáticas para protestar contra los partidos, el paro, la corrupción, el amiguismo, los bancos y la falta de oportunidades.
El hastío se ha traducido en rabia y ésta en movilizaciones que han dejado a los políticos estupefactos a una semana de su "fiesta de la democracia".
El movimiento ha sido al más puro estilo túnez y egipto, aunque sin disparos de policías y todo eso, solo faltaria, y ha tomado unas dimensiones que aún se tienen que calibrar debido a la convocatoria de protestas en Bélgica, Holanda, Reino Unido, Francia, Alemania y Grecia.
Aún siendo un movimiento en un país teóricamente libre, se ha sufrido censura, para que no se extendiera al resto del mundo, y esa censura ha sido perpetrada por el mismísimo twitter, que ha bloqueado los hashtags (#) más veteranos de la protesta en la lista de Trending Topic mundiales para que no se contagiaran otros países.
Madrid, Barcelona, Tarragona, Bilbao, Málaga, Palma, Vigo y 40 y pico ciudades más (algunas del tamaño de Terrassa y Mataró) han hecho acampadas en sus plazas más emblemáticas para protestar contra los partidos, el paro, la corrupción, el amiguismo, los bancos y la falta de oportunidades.
El hastío se ha traducido en rabia y ésta en movilizaciones que han dejado a los políticos estupefactos a una semana de su "fiesta de la democracia".
El movimiento ha sido al más puro estilo túnez y egipto, aunque sin disparos de policías y todo eso, solo faltaria, y ha tomado unas dimensiones que aún se tienen que calibrar debido a la convocatoria de protestas en Bélgica, Holanda, Reino Unido, Francia, Alemania y Grecia.
Aún siendo un movimiento en un país teóricamente libre, se ha sufrido censura, para que no se extendiera al resto del mundo, y esa censura ha sido perpetrada por el mismísimo twitter, que ha bloqueado los hashtags (#) más veteranos de la protesta en la lista de Trending Topic mundiales para que no se contagiaran otros países.
Pero por suerte, los diarios occidentales han hecho su trabajo, que es informar, cosa que no hicieron los medios españoles al principio, y Le Monde, Der Spiegel, The Washington Post, The NY Times y The Guardisn (que yo sepa) han llevado a la portada a los jóvenes indignados.
También salieron personalidades a decir la suya. Iñaki Gabilondo apoyó las protestas, vaticinó una refundación forzosa de los partidos mayoritarios y dijo algo en lo que estoy completamente de acuerdo: los jóvenes indignados son mayormente de izquierdas, y que se vayan a abstener provocará un auge de la derecha. Puede que sea un mal necesario para acabar de abror los ojos.
Por último, apareció el reaccionario de turno al más piro estilo Åkesson pero con unos años de más, diciendo que los indignados estaban alentados por ETA-Batasuna y que habían recibido instrucciones de kale borroka de Segi.
También salieron personalidades a decir la suya. Iñaki Gabilondo apoyó las protestas, vaticinó una refundación forzosa de los partidos mayoritarios y dijo algo en lo que estoy completamente de acuerdo: los jóvenes indignados son mayormente de izquierdas, y que se vayan a abstener provocará un auge de la derecha. Puede que sea un mal necesario para acabar de abror los ojos.
Por último, apareció el reaccionario de turno al más piro estilo Åkesson pero con unos años de más, diciendo que los indignados estaban alentados por ETA-Batasuna y que habían recibido instrucciones de kale borroka de Segi.
Ésta gente no aprende.
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