Panem et Circenses

Hoy estaba, antes de entrar en la ducha, leyendo el País, y vi el nuevo anuncio dónde se ve a Villa y a otros dos (uno es Llorente?) arrancándose la piel a tiras en una estrategia de márqueting pseudo-justificada para fervientes seguidores: la camiseta de la selección con la que ganaron el mundial no se puede llevar otra vez, es histórica. Diseñemos otra (que me ha costado de distinguir de la anterior). Y todo me ha hecho pensar aún más cuando la presentadora del matinal de CNN+ ha dicho (no cito textualmente porque no lo recuerdo a la perfección, referente al precio del nuevo fichaje del Barça, 3 millones de €): "Será un precio reducido para el Barça pero para el resto de los mortales..." 

Y ahí he pensado: Qué coño es lo que tiene el futbol que mueve tanto dinero y que resulta ser una de las mayores preocupaciones del país?

Acaso Messi, Cristiano Ronaldo, Iniesta o unos cuantos más que recuerdo nos quitarán el hambre? Nos darán una vivienda a los jóvenes, se ocuparán de la seguridad en las calles? Qué hacen ellos para que les sigamos tan ciegamente?

Ahora no estoy haciendo demagogia comparando el futbol con la política. Lo que quiero hacer ver es que en comparación, el futbol no sirve para nada, pero entre todas las otras chorradas del país es la única que siempre ponemos sobre la mesa, la que está en el orden del día en todos los informativos. 

No estoy diciendo que se tenga que abolir el futbol ni mucho menos, no me sean ahora extremistas, pero realmente hace falta prestarle tanta atención? Darle tanta importancia?

Es, definitivamente, el panem et circenses tan sumamente estratégico que no se le puede hacer frente? Que realmente sobrepasa los límites de una evasión de la realidad, de un simple juego, y a veces llega hasta a ser un problema de estado?

Si creen que miento, véanse el capítulo de Francia en el mundial de Sudáfrica.

Me preocupa y me da rabia e impotencia que la gente esté más preocupada por el futbol y si Fernando Alonso ha ganado o no el Gran Premio en Abu Dhabi que lo que ocurre en casa, en el Congreso de los Diputados, o el Parlament. Sobretodo los jóvenes, hipnotizados!

Pero todo está pensado, regulado. Demasiada implicación de la ciudadanía no es buena para el viejo político, el que ahora controla. Nosotros a babear con los golpecitos que le dan cuatro tios a la pelotita en un recinto que estamos mejor callados.

Sí, después de haber luchado tanto para poder ser representados y vivir con la tan codiciada democracia, que muchos no pueden tener, ahora nos la suda y nos preocupa más si un delantero se ha lesionado que una guerra, donde mucha más gente sufre penurias mucho más catastróficas que una "rotura del ligamento cruzado anterior"...

Realmente, apoyo a Matt Groening al bautizar nuestra contemporaniedad como la Era de la Estupidez.

PD: Us recomano que us llegiu l'article de www.tonejonejo.blogspot.com sobre la intolerància cap a l'homosexualitat. Molt més ben escrit del que ell deia que sabia.